La educación a distancia debería inscribirse en el marco de la educación permanente
Personalmente creo que solo podemos llamar EP cuando hablamos no solo de educación a lo largo de toda la vida sino de educación para todos los hombres. De lo contrario estaríamos inscribiendo a ésta última en el planteo que abarca a solo unos pocos, y manteniendo un privilegio, aún sin saberlo.
Provisoriamente podríamos tomar como definición integradora la siguiente:
“…el principio organizador de la educación que pretende hacer llegar,
en todos los niveles y modalidades a toda la población, a lo largo de la vida,
con la colaboración de los diversos sectores, instituciones y agentes…”(García Aretio)
Creo que no existe un acuerdo acerca de qué se entiende por educación a distancia, presentándose diversos abordajes y posiciones.
Considero que la diversidad de abordajes señala una diversidad de concepciones, ya que las palabras no son ingenuas y los términos dan a lo que denominan una impronta particular.
La UNESCO insinúa un cierto criterio clasificatorio al presentar que los diversos abordajes visualizan a la educación a distancia como:
1- Aquella posibilidad que permite el acceso a la educación eliminando las barreras que lo dificultan
2- Aquellas modalidades asociadas a la enseñanza flexible, en lo relativo a Métodos y Organización
3- Abordajes que incluyen a los dos anteriores pero coloca el acento en la posibilidad de comunicación entre los participantes a través del tiempo y/o espacio
4- Finalmente una opción que alude equitativamente lo referido a apertura de acceso, flexibilidad del sistema y uso de tecnologías de apoyo.
En el citado documento se expresa que, a pesar de que en el ámbito teórico aparece clara la diferenciación entre educación a distancia y educación presencial, en la práctica esto se desdibuja, visualizándose esta distinción como una diferencia de grado, y no como un “salto radical”.
Personalmente creo que solo podemos llamar EP cuando hablamos no solo de educación a lo largo de toda la vida sino de educación para todos los hombres. De lo contrario estaríamos inscribiendo a ésta última en el planteo que abarca a solo unos pocos, y manteniendo un privilegio, aún sin saberlo.
Provisoriamente podríamos tomar como definición integradora la siguiente:
“…el principio organizador de la educación que pretende hacer llegar,
en todos los niveles y modalidades a toda la población, a lo largo de la vida,
con la colaboración de los diversos sectores, instituciones y agentes…”(García Aretio)
Creo que no existe un acuerdo acerca de qué se entiende por educación a distancia, presentándose diversos abordajes y posiciones.
Considero que la diversidad de abordajes señala una diversidad de concepciones, ya que las palabras no son ingenuas y los términos dan a lo que denominan una impronta particular.
La UNESCO insinúa un cierto criterio clasificatorio al presentar que los diversos abordajes visualizan a la educación a distancia como:
1- Aquella posibilidad que permite el acceso a la educación eliminando las barreras que lo dificultan
2- Aquellas modalidades asociadas a la enseñanza flexible, en lo relativo a Métodos y Organización
3- Abordajes que incluyen a los dos anteriores pero coloca el acento en la posibilidad de comunicación entre los participantes a través del tiempo y/o espacio
4- Finalmente una opción que alude equitativamente lo referido a apertura de acceso, flexibilidad del sistema y uso de tecnologías de apoyo.
En el citado documento se expresa que, a pesar de que en el ámbito teórico aparece clara la diferenciación entre educación a distancia y educación presencial, en la práctica esto se desdibuja, visualizándose esta distinción como una diferencia de grado, y no como un “salto radical”.
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